lunes, julio 03, 2006

Fotos de ale

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domingo, febrero 05, 2006

Infiernos y paraisos del amor.

Cuando hay amor todo se puede, cuando hay amor todo se perdona. ¿Cuan cierta es esa frase? ¿Hasta que punto, estamos dispuestos a soportar “por amor”?

Filósofos y artistas han tratado tema con obsesiva insistencia, desde canciones, poemas y novelas, toda expresión humana esta dedicada a ese sentimiento, que nos consume, se pierde en pasión, y nos convierte en seres enajenados, probablemente no haya habido nunca un solo ser humano que no le haya dedicado una buena cantidad de pensamientos al tema. Todos creemos saber que es el amor, creemos entender algo sobre el, sin embargo este permanece en la confusión y lo enigmático.

Haciendo a un lado el amor que en general engloba a los hijos, amigos, padres; me referiré al amor sentimental entre dos personas. ¿Que es ciertamente el amor? Y si es que este existe ¿Que lo motiva? Según los científicos, en los hombres enamorados los niveles de testosterona bajan mas de lo normal, mientras que en las mujeres estos se vuelven mas altos. El amor afecta los circuitos neurológicos que normalmente están asociados al sentido crítico, eso explicaría -según los científicos- porque mucha gente parece no darse cuenta de las faltas de sus parejas. El amor no es mas un nivel mas reducido de serotonina, de hecho esos mismos niveles pueden encontrarse en personas con conductas compulsivas obsesivas. Los investigadores señalan que esto podría explicar porqué las personas enamoradas podían a veces obsesionarse con sus parejas.

Según los poetas y románticos, el amor roza Cielo e Infierno, es la vida, así como la muerte, el núcleo de todo, el enamorado sale de si mismo y se pierde en el otro, o mejor dicho, lo que imagina del otro, el amor es pasión, y esta a su vez es una especie de ensueño que se deteriora al contacto con la realidad. La pasión debe de exigir siempre su frustración, la imposibilidad de cumplirse, el amor no es amor si en este no existe sufrimiento, mientras mas trágico sea, será inmortal, como decía el ensayista Denis de Rougemont “El amor feliz no tiene historia. Solo el amor amenazado es novelesco” añade también que los poetas le cantan al amor como si se tratase de la verdadera vida, “pero esa vida verdadera es la vida imposible”.

El amor es como un niño: porque es una emoción que no puede ocultarse y porque permanece igual a si misma, la pasión nunca aprende: siempre es idéntica, eternamente joven, intacta, irreflexiva. _“Pero como es posible que vuelva a estar haciendo otra vez a estas alturas, las mismas tonterías” Suele quejarse la razón del espanto al ver que esperamos durante horas una llamada de teléfono que no llega jamás. “Es que yo no aprendo” nos lamentamos, y estamos en lo cierto, porque el amor permanece impermeable a la experiencia.

Somos herederos de la paradoja que afirma que, para amar es necesario la dificultad y el sufrimiento, es decir, solo es autentico amor, aquel que se frustra. De hecho, la gran mayoría de estos, son amores adúlteros, en realidad es bastante curioso lo muy unida que va la idea de la pasión a la del adulterio. En el siglo XII, el cualquier caso, el adulterio se convirtió abiertamente en un motivo poético. Y es esta idea del amor como droga, en un territorio que esta mas allá del Bien y del Mal, donde para los amantes no existen otras leyes que las de la pasión. Las relaciones de a tres, es una fórmula común en el amor, dice Huizinga y René Girard: el deseo siempre es triangular, que solo deseamos lo que algún otro desea, hasta el punto de buscar que el amado sea infiel para poder renovar nuestra pasión por el.

“El alma del amante vive en un cuerpo ajeno”. Para mi esta es una clara definición para el amor de las tantas que existen: si nos entregamos a la pasión, si el amor loco nos arrebata, es porque gracias a él podemos evadirnos de nuestra asfixiante individualidad, de ese encierro del yo que nos condena a nuestra propia y solitaria muerte. El amor nos hace inmortales, la pasión es un impulso místico, un sentimiento religioso (de religare, unir) que nos apremia a fundirnos con el otro, porque al deshacernos en el amado nos hacemos indestructibles. Se ama contra la muerte, como una manera de escapar de ese despeñarse hacia la nada que es la vida.

¿Hay alguna diferencia en la vivencia del amor dependiendo del hecho de ser hombre o mujer? Parecería que nuestro concepto de lo sexual tiende a ser distinto, la sabiduría popular sostiene que las mujeres dan sexo para conseguir amor, mientras que los hombres dan amor para conseguir sexo; otros dicen que quizás jamás logremos entendernos unos con otros. En realidad esas distinciones son mas que nada culturales, la percepción de lo amoroso y el deseo de escapar de si mismo y fundirse en otro, es igual para todos, solo que durante siglos a las mujeres no se les ha permitido otra ambición en la vida que la amorosa, y eso contribuyo a obsesionarlas aun mas con un sentimiento ya de por sí obsesivo.

De manera que amar, a lo que parece, significa enajenarse, drogarse, perderse, buscar lo inalcanzable, desdeñar lo factible, sacrificar nuestra propia inteligencia.. Las pasiones todas son iguales y a la vez diferentes, varia el escenario, las necesidades de cada cual, la manera en que nos enfrentamos a la felicidad y a la desdicha. Suele suceder que las parejas que han pasado a la historia como símbolos de pasión perfecta se deshacen en la patología o la mezquindad en cuando se las contempla de cerca. Y es que todos tendemos a creer que el prójimo es capaz de vivir esa plenitud que nosotros mismos siempre nos es esquiva: el amor absoluto, la dicha completa. Pero la plenitud es un espejismo y los humanos somos seres precarios y pequeños, incluso los llamados grandes hombres entre los que hubo también muchas mujeres grandes, suelen tener una vida sentimental desastrosa en cuanto te enteras del detalle.

Sea como fuere, en toda historia de amor, incluso en la mas lograda y mas feliz, siempre hay un ingrediente de tristeza, el presentimiento inexorable de la perdida: porque todos sabemos que esa abundancia se acabara algún día. Probablemente la vida nunca parezca tan efímera como en la melancolía de un amor que termina y dada la naturaleza fugitiva del amor, suele admirarse la perseverancia y la lealtad, el amante se empeña en amar hasta las ultimas consecuencias. Aunque cabe resaltar que abundan los amores desiguales, o tal vez incluso cabria decir que siempre son desiguales, que en toda pasión hay uno que ama mas.

Cuando el desequilibrio entre los amantes es muy grande, entramos en el terreno de lo enfermizo. Toda pasión tiene algo morboso: es una alineación, una entrega obsesiva de tu vida al amado. Pero a veces esa entrega cruza todos los limites, y entonces se convierte en pura patología. O quizás sea al revés: quizá haya gente estructuralmente patológica que canaliza su inestabilidad a través de la pasión. Y así, amar, para ellos, no seria un delirio muy distinto a cualquier otro.

Lo contrario de la pasión amorosa, es una relación autentica entre dos personas, una convivencia construida con trabajoso esfuerzo día tras día y sin duda plagada de altibajos y de carencias, con momentos de desdén y aburrimiento, como siempre sucede en lo real. Mientras que la pasión permanece enquistada en lo imaginario, es una fantasía, una alucinación en la que la persona amada no es mas que una excusa que nos buscamos para alcanzar la emoción extrema del enamoramiento. En realidad importa muy poco a quien queremos, lo que el enamorado ama es el amor. Una droga muy bella desde luego, pero la vida autentica y menuda empieza justamente donde el cuento se acaba.

En este siglo se consolido el individualismos moderno, y, con el, la ambición personal de ser felices, la pasión amorosa adquirió un papel preponderante, sin embargo, ¿no sostienen diversas teorías, desde el estoicismo, budismo e incluso el taoísmo, que, para soslayar el sufrimiento de la vida, el ser humado debe reducir al mínimo sus aspiraciones? Si no esperas nada, si no deseas nada, si no ambicionas nada, no hay frustración. A la luz de este razonamiento desolador pero sensato, me pregunto si, al descubrir en este siglo el moderno concepto de la felicidad y de la pasión, los humanos no descubrimos también nuestra mayor desgracia.*


*Algunos textos extraídos de Rosa Montero, Pasiones




martes, enero 24, 2006


Mi "Yo" presente. Posted by Picasa

La Constitución del "Yo"

Empiezo estos escritos como quien no quiere la cosa. Y que mejor manera de disfrutar lo que se lee, si es conociendo a quien escribe. Luego de unos profundos momentos de auto análisis, llegue a muchas conclusiones sobre mi misma, en un camino para conocerme y darme a conocer, incluyo aquí lo que dado a mi perspectiva, soy yo como persona.

Es así, y haciendo un exceso de toda egolatría, doy rienda suelta a este primer texto, hablando solo y únicamente de mí.

No empezaré gritando soy una mujer libre, ya que no lo soy, la realidad es que me paso la vida mostrándole a medio mundo que soy esclava de una pasión: perfeccionar poco a poco el personaje que represento en este lugar llamado Tierra.

Al primer golpe de vista caigo antipática, y al segundo resulto cargante, y es que a mis escasos veintidós, mi personalidad es una mezcla rara de realismo, frialdad, planificación, exactitud, minuciosidad. Muchas veces orgullosa, pedante, presumida, sermoneadora y criticona. Bueno, pero aunque todos nos comportamos en determinados momentos de esa manera ¿que tengo de especial? Si bien, todas las personas somos diferentes, pero iguales a la vez, ¿que es lo que motiva que yo me alucine y distinga de los demás? Lo cierto es, que yo no tengo nada de raro, ni nada especial, si no, es el modo en como los demás observan, lo que ellos creen es la verdad verdadera. Al ser mi carácter mas bien tímido, desconfiado, poco comunicativo y algo retraído, la gente inventa toda una especie de atmósfera mística a mi alrededor, mas aun porque inspiro un aire melancólico y de tristeza, y para ser sinceros, mantengo una conducta selectiva, soy observadora y paciente y me cuesta hacer grandes amigos; prefiero que los otros sean quienes den el primer paso; presento ciertas dificultades de adaptación e integración para con los demás; no me gusta la guasada, ni la broma, y esto me lleva a ser una persona seria, excesivamente critica y dura con los demás, ya que tengo una falta casi total de tacto y en muchas ocasiones me torno cínica, y escéptica.

Aún existiendo la tendencia a dividir, clasificar, analizar y eliminar lo superfluo, volverme implacable con los errores ajenos, y no perdonarlos, ser rencorosa, vengativa y no olvidarme el mas pequeño desprecio, me siento una buena y leal amiga, a pesar de mis muchos defectos; considero tengo un buen corazón, con gran espíritu de sacrificio para ayudar primero y proteger a quien lo necesite, por lo general, soy mas cariñosa con gente de fuera de casa, que con los míos; adoro a mi familia, pero pienso que el tema con estos es que necesito sentirla bien lejos de mi alcance, de esta forma nos querremos más. Mis relaciones con la gran mayoría, resultan ser superficiales, me cuesta confiar en las personas, no porque se desconfiada por naturaleza, si no porque tengo poca seguridad en mi misma, y lo trasmito hacia los demás, temo dar rienda suelta a mis sentimientos, justamente por esa falta de seguridad en mis emociones y opiniones. Prefiero actuar con reserva y una disposición agradable. Suelo ser discreta, amable y divertida con otros, y puedo ayudar a resolver problemas de terceros con la habilidad y sensatez que muchas veces me falta en mis propias relaciones personales. Hay que tratarme un tiempo para descubrir mi ternura y mis afectos, que muestro en muy raras ocasiones y a menudo necesito aislarme de la gente.

Pero basta ya de tanta palabrería y meditación, admitámoslo, para la gente que tiene el agrado, y que este luego se convirtió en el desagrado de conocerme, tengo mal carácter , horrible, a pesar de mi falta de seguridad, no me dejo dominar fácilmente por nadie, soy una peleadora, malgeniada, si me provocan y me dejo llevar por un impulso, puedo llegar a ser grosera y agresiva, felizmente y para goce de muchos, esto ha sucedido contadas veces, ya que mi vida mental pasa por delante de mis manifestaciones físicas, interpretémoslo de la siguiente manera, al ser nerviosa y tener escrúpulos, convierte mi personalidad en moderación y autocontrol, pero con una inquietud latente, reflexiono antes de actuar; gracias a ese freno introduzco en mi vida disciplina y orden para satisfacer mi ideal, a pesar de que muchas veces, lloro de impotencia al no poder solucionar una situación, siendo inteligente, debo aprender a utilizarla siempre. Por ahora todo lo expuesto al parecer son puros defectos, estoy llena de estos, aun con el afán y mi casi obsesión con la perfección; no soy perfecta. Pero no todo puede ser malo, siempre esta presente en mi, la preocupación por mejorar, con una atenta búsqueda de detalles y de lo particular, casi burocratizando cada sector de mi propia existencia, necesito de lectura constante y del aprendizaje, ya que vivo una vida de manera racional y con fría razón, analizando y viendo todos los lados de un argumento, lo que hace que me cuesta llegar a conclusiones firmes, perdiéndome en detalles me convierto en una persona de mentalidad estrecha en ocasiones.

Si hay cosas que odio y no soporto de los demás, son la vulgaridad, la suciedad, el desorden, la impuntualidad, la incertidumbre, la mentira, la subestimación, el prejuicio, la discriminación...bla bla bla etcétera (creo que estas últimas podrían resumirse en clara estupidez) soy amante de la justicia, así esta vaya incluso en contra mío, ya que existe un apego a los principios, las reglas y la consigna, con gran sentido del honor y de la honradez. Soy incapaz de tomar nada que no sea mío, pero tampoco comparto lo mío con nadie, mucho menos pedir favores. Gusto de la política, los deportes y el arte, la velocidad, las armas, los autos y motos; soy una persona que vive pendiente de su salud, preocupada en mantener una vida sana (o procurar hacerlo) una tradicional, tanto en el vestir, como en mi modus vivendi, no me gusta seguir a nadie, prefiero crear a mi gusto; amo la comodidad, la buena mesa, el buen vino, la buena música, la buena ropa...bla bla bla soy desordenada con mis cosas personales y no me gusta me las toque nadie, con tendencia a la acumulación, retención, y conservación, soy un ser adquisitivo en todo sentido, no me gusta nada de la casa, no tengo alma de ama de casa, es más, no soportaría sentirme entre cuatro paredes.

Me gusta mandar, ordenar, controlar y tener responsabilidad, aunque creo estoy mas capacitada para la teoría que para la estrategia, ya que en la acción tiendo a contentarme con poco, con algún éxito modesto, a falta de saber situarme en primera fila, es más fuerte el gusto por servir, sentirme útil y con objetivos a alcanzar, entregarme a mi oficio y tener pasión por mi trabajo con una marcada necesidad de perfección, perfección que muchas veces hace que llegue al límite de mis capacidades, tornándome incansable y con gran sentido del deber, más aún si estos son difíciles, laboriosos, ingratos o penosos y tratan sobre investigación, ciencias, lógica, administración y capacidad manual.

Y así, como quien no quiso la cosa, concluyo este primer texto, o más bien descripción de lo que pienso y siento profundamente, me cansé de escribir de mi, es realmente muy aburrido y ustedes más que seguro de leer, pero cumplí el cometido; me despido aquí por ahora, con toda la lucidez y por momentos paranoia que acompaña mi existencia. Para los que vinieron poco antes y poco después, esta soy yo.

Preámbulo

Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribir. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribir y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya haba escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.

SALVADOR ELIZONDO, El Grafógrafo